Este artículo pretende cubrir todos los aspectos del uso del casco y por ello he recopilado la información en 4 partes:
- El uso adecuado del casco. (Todos quieren leer esto)
- ¿Calidad vs Precio? Es algo complicado. ¿Dónde consigo uno? (Lo más caro no es lo más bueno aquí)
- ¿De qué está hecho un casco? ¿Por qué los cascos son como son? (Para los más interesados)
- ¿Realmente sirve el casco? El casco y la falsa sensación de seguridad (Para los críticos como yo, aunque, si bien no soy partidario del uso obligatorio del casco, lo llevo puesto siempre que salgo en bici. )
Aquí desarrollo punto por punto.
1) El uso adecuado del casco.
Para montar bicicleta de forma segura, no basta tener un casco. Es muy importante lo siguiente:
Usar el casco del tamaño adecuado. (Sí, hay tallas)
Que el casco te quede debidamente ajustado.
Que cuando montes en bicicleta, siempre uses el casco. (Puede que vayas a comprar pan sin él, pero para todo lo demás existe MasterC… el casco).
PASO 1 - Tamaño adecuado
Los cascos vienen en varios tamaños que varían según el fabricante. Mide la circunferencia de tu cabeza para obtener una talla aproximada. la mejor manera de averigüar si un casco es de la medida adecuada es probárselo. Actualmente la mayoría de los cascos vienen con unas tiras o ruedecillas para un mejor ajuste.
Los nuevos cascos traen unas almohadillas adicionales para ajustar la talla del casco y para brindar comodidad. Combina las almohadillas para lograr que te quede cómodo, pero ajustado como es debido. Si eres cabezón y tu cabeza no deja de crecer, saca las almohadillas. Si el casco cuenta con un anillo de ajuste tipo universal en vez de almohadillas, ajusta el anillo para que te quede cómodo, pero debidamente ajustado.
PASO 2 - Posición correcta
El casco debe de ir nivelado sobre tu cabeza y debe cubrir parte de tu frente. Para probar si tienes el casco puesto correctamente, coloca uno o dos dedos sobre tus cejas. Para quedar debidamente protegido, el casco debe tocar tus dedos.
PASO 3 - Ajustar la hebilla debajo de la barbilla
Centraliza la hebilla izquierda del broche para que quede debajo de tu barbilla. Puedes ajustar las correas desde la parte de atrás del casco para que la correa de la barbilla sea más larga o corta. Es más fácil ajustar las correas si no tienes puesto el casco.
PASO 4 – Ajustar las correas laterales
Ajusta la corredera en ambas correas laterales para formar una “V” (debajo y enfrente de cada oreja). De ser posible fija la corredera para que no se corra fuera de posición.
PASO 5 - Ajustar la correa de la barbilla
Abrocha la correa de la barbilla. Ajusta la correa hasta que el casco te quede debidamente ajustado, de modo que no puedas colocar más de uno o dos dedos entre la correa y tu barbilla.
PASO 6 - Ajuste final
A. ¿Te queda bien tu casco?
Abre tu boca lo máximo que puedas… ¡Da un gran bostezo! Deberás sentir cómo el casco presiona sobre tu cabeza. Si no es así, regresa al Paso 5 y ajusta más la correa de la barbilla.B. ¿Puedes mover tu casco hacia atrás a más de dos dedos sobre tus cejas?
De ser así, desabróchatelo, y acorta la correa frontal deslizando la corredera hacia adelante. Abróchatelo, ajusta la correa de la barbilla, y pruébatelo de nuevo.
C. ¿Puedes mover tu casco hacia adelante de manera que cubra tus ojos?
De ser así, desabróchatelo, ajusta la correa de atrás deslizando la corredera hacia atrás en dirección a tu oreja. Abróchatelo, y ajusta la correa de la barbilla, y vuelve a probártelo.D. Desliza el anillo elástico hacia el broche.
Las cuatro correas deben pasar a través del anillo elástico para evitar que éste se corra.
- El casco debe quedarte cómodo pero ajustado. Si te aprieta demasiado, usa almohadillas más delgadas o compra un casco más grande. Es mejor elegir un modelo y tamaño que te quede bien, y te guste, pues es más probable que lo uses siempre.
- El casco debe cubrir casi toda tu frente. Si caben más de dos dedos entre tus cejas y el casco, regresa al paso 2.
- La correa de la barbilla debe quedarte ceñida. Si se te queda holgada, regresa al paso 5
- El casco no debe deslizarse hacia delante o hacia atrás. Si se te desliza, regresa al paso 6.
- ¡ Un casco puede proteger tu cabeza y tu cerebro sólo si lo usas SIEMPRE que montes bicicleta!
Recuerda que:
- Deberías usar un casco certificado.
Compra un casco que cumpla con las normas de seguridad de la Comisión de Seguridad de Productos para el Consumidor en los EE.UU. (U.S. Consumer Product Safety Commission o CPSC, por sus siglas en inglés). Para muchos esto puede ser no más que un sticker, lo cual es verdad para modelos de imitación y marcas “chancho”, pero no sucede lo mismo para marcas reconocidas (Giro, Specialied, Kali, Exustar) y, en particular, cuando éstas provienen de distribuidores autorizados (tiendas de ciclismo). - En todo caso, usa un casco sólo si tiene un sello que certifique que cumple con las normas de seguridad de cualquiera de estas organizaciones: ASTM, Snell o ANSI. Busca el sello de certificación en la etiqueta del casco. El primer casco que utilicé fue el Exustar E-BHM103 debido a que cumplían con dichas certificaciones.
Mi primer casco Exustar E-BHM103
- Los cascos caducan, como los yogures. Con el tiempo el poliestireno pierde elasticidad y ya no protege lo suficiente contra golpes. A modo de orientación diremos que la edad media de caducidad de un casco es de 4 años, pero depende de marca y modelo.
- Asimismo, cuando el casco recibe su primer impacto fuerte deja de ser funcional: el material ha perdido tensión y no reaccionará de forma correcta en caso de una caída. Así pues, si te has dado un golpe de consideración, cambia el casco.
- Para cicloturismo recomiendo cascos con visera (como el que yo uso). Además de proteger contra del sol te quitan la lluvia de la cara que es una de las cosas más agobiantes cuando las nubes se deciden a abrir el grifo.
- Cuando sudas mucho por la frente, las almohadillas de la frente se empapan. Si quieres evitar eso, colócate algo sobre la frente para que absorba la humedad.
- El peso del casco no es una cuestión de vanidad o de capricho. Cuando pedaleas largas jornadas es un peso adicional kilómetro tras kilómetro, el mismo que es soportado por los débiles músculos del cuello. Un casco de peso inadecuado puede conllevar a molestias o dolores sobre y fuera de la bici.
Ahora bien, la ventilación no es un detalle que se deba dejar de lado. Cuando Sthefanny y yo compramos nuestros primeros cascos no tomamos esto en consideración. Hoy en día cada uno utiliza un casco que provee estilo, seguridad y buena ventilación. Yo uso el Kali Amara Paramount (pueden leer sus reviews aquí) y Sthefanny usa el Exustar BHM-114.
2) ¿CALIDAD vs PRECIO? Es algo complicado. ¿Dónde consigo uno?
Los cascos más caros no son necesariamente más seguros. El precio de los cascos depende de cuestiones como su peso, la ventilación, si tienen visera o no, los sistemas de ajuste y claro, lo estilosos que sean.
Los cascos de calidad más baratos empiezan en torno a los 70 soles y pueden llegar a los 500 que cuestan algunos modelos supersofisticados. Si te sirve de orientación los nuestros costaron entre 120 y 250 soles. El precio no indica una mayor seguridad. Siempre que el casco esté homologado debería funcionar bien. La diferencia está en las otras prestaciones que comentábamos arriba. Hay cascos de marca Specialized y KALI que son preciosos a la vista, protegen muy bien y desinflan la billetera como no tienes idea (hey, yo uso un Kali gama media jajaja) pero tienen una mezcla de componentes (o compuestos) ligera y muy resistente. Recordemos, además, que para todo hay gamas. Un Specialized de gama baja no se compara a un Kali de gama alta, por más que ambos cuesten lo mismo.
Por otro lado, es preferible comprar un buen casco en una tienda de confianza.
3) : ¿De qué está hecho un casco? ¿POR QUÉ LOS CASCOS SON COMO SON?
Básicamente los cascos constan de dos partes: una película protectora de plástico o carcasa y una capa de poliestireno expandido (aunque esta capa puede variar, por ejemplo, una mezcla de carbono o policarbonato, como en el caso del Kali Maraka XC.
La capa exterior protege al poliestireno del desgaste de los elementos (léase sol, lluvia, granizo y la humedad del sótano) y lo mantiene unido y compacto ya que en este material tienden a formase pequeñas grietas.
El poliestireno expandido es el material más importante del casco dado que es el encargado de absorber el impacto y distribuirlo a través de su superficie, aplastándose primero y rompiéndose después (dependiendo de su densidad y del estrés generado por el immpacto). Wikipedia nos cuenta que los cascos están optimizados para ser plenamente efectivos en caídas a aproximadamente 25 kilómetros por hora en los que no intervenga otro vehículo.
Pese a esto, el casco definitivamente puede salvarte la vida, evitará cortes y rozaduras en el cuero cabelludo (nada desñable) y distribuirá la fuerza del impacto en un área mayor del cráneo. Es decir, sería la diferencia entre recibir un golpe con un martillo o con una sartén extra-grande.
Hay varios tipos de cascos:
- De carcasa dura o de carcasa blanda (también los hay sin carcasa pero casi ya no se fabrican). Contra los golpes son más eficaces los de carcasa dura pero transpiran demasiado y su uso es prácticamente inviable cuando se está haciendo un ejercicio físico intenso y la temperatura exterior no es bajo cero. Los cascos de carcasa dura son habituales entre los que practican descenso (Downhill) , BMX y otras variantes locas del ciclismo de montaña.
- Fabricados con la tecnología in-mold o no. Lo primero quiere decir que el poliestireno se fabrica directamente sobre la carcasa exterior como si esta fuera un molde. Así ambas piezas se ajustan perfectamente y quedan solidamente unidas. La otra forma de hacer los cascos implica que las dos piezas se fabrican por separado y se pegan después, lo que hace el casco sensiblemente menos robusto. Actualmente la gran mayoría de los cascos se fabrican con tecnología in-mold.
4) IMPORTANTE: ¿Realmente sirve el casco? ¿Debería ser obligatorio usarlo?
Pues es un tema polémico. Se ha comprobado que “en países en los que el casco es obligatorio como Australia y Nueva Zelanda, el uso de la bicicleta disminuyó entre un 30 y un 40%, después de haber sido introducida esta norma. En ciudades como Perth esto ha supuesto un incremento en el tráfico de coches particulares para recorrer distancias de menos de 1 km”.
Además los detractores de la ley que lo hace obligatorio dan las siguientes razones:
- No reduce la tasa de muertos (viendo los resultados desde que se aprobó la ley en 2003)
- La bicicleta ha pasado a ser un vehículo peligroso, mensaje que no es cierto y que está costando mucho contrarrestar.
- No hay correlación clara entre un mayor uso del casco y menos lesiones en la cabeza [el casco está diseñado para aminorar impactos sólo a velocidades inferiores a los 20 km/hr. Es decir, para accidentes en los que un ciclista que se cae de la bicicleta sin que esté involucrado un vehículo motorizado]
- Y otras cuestiones más prácticas como que las compañías de seguros alegan que el ciclista no llevaba casco para pagar menos –o ninguna– cantidad en caso de accidente.
En España el uso del casco es obligatorio en vías interurbanas “salvo en rampas ascendentes prolongadas, o por razones médicas que se acreditarán, o en condiciones extremas de calor”. Como vemos, son factores no son matemáticamente cuantificables. Lo que sí es cuantificable es la multa por no llevarlo: hasta 150 euros.
En todo caso, si bien no soy partidario del uso obligatorio del casco, lo llevo puesto siempre que salgo en bici.
El casco y la falsa sensación de seguridad.
Ante el problema de educación viaria colectiva y de falta de atención en el tráfico motorizado el ciclista debe ser una persona que circule con los 5 sentidos. En este sentido, las protecciones y prevenciones son importantes, pero lo son en la medida que son de uso razonado y no simplemente por obligación. La obligación crea siempre una falsa sensación de seguridad.
Debemos ser sinceros y aceptar que hoy por hoy moverse en bicicleta tiene componentes ambientales y de salud de alto valor no sólo para el ciclista sino también para la comunidad. Sin embargo, no podemos obviar que constituye un elemento de riesgo. Riesgo que el casco de bicicleta no disminuye y que incluso puede agravar si uno imagina que de esta forma va medio protegido.
Si alguien cree que el casco de bicicleta le aporta seguridad, perfecto. Pero no vale despistarse pensando que uno ya va protegido. Por el contrario, quien va sin casco, debe asumir circular con toda la atención posible, pues un simple resbalón saliendo de un semáforo producto de una mancha de aceite sobre el asfalto que no hemos advertido puede ser traumático. En Australia dónde el casco de bicicleta es obligatorio desde 1992 confirma que tras más de 15 años la seguridad para los biciclistas no ha aumentado en comparación con la de los motoristas o los peatones. Un dato similar se aporta desde estudios clínicos de Alemania en los que no se aprecia diferencias significativas respecto a los traumatismos craneales en accidentes de bicicleta entre los biciclistas que usaban casco de los que no.
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