El armado y el centrado de ruedas es un trabajo artesanal que despierta la curiosidad de muchas personas.
En mi caso, como en el de muchos, cuando me inicié en esto de la mecánica, fue todo un tema. De chico siempre observaba que el bicicletero de mi barrio hacía esta tarea con cierto aire de misticismo. Por aquel entonces resultaba casi imposible que, ante nuestra demanda, nos enseñara la técnica. Era una gran incógnita para casi todos los chiquilines que mirábamos su trabajo con “la ñata contra el vidrio”, y para mí personalmente generó todo un desafío.
Quizás por eso es que los que trabajamos en esto desde chicos siempre recordamos la experiencia de cuando aprendimos. En mi caso tuve que darme maña solo, ya que, siempre con un chiste esquivo a mano, los mecánicos de aquel taller donde hice mis primeras armas mezquinaban sus respuestas a mis preguntas. Recién cuando demostré que más o menos le había tomado la mano a la técnica comenzaron a darme algunos pequeños pero valiosos “secretos”.
Luego, tras muchos años de armar y centrar ruedas, aprendiendo y aplicando las mejores técnicas, puedo decir que para mí sólo hay una, que es la que me dio mejor resultado. En esta nota voy a mostrar esa técnica y el porqué de esta elección. Este método que explicaré paso a paso sirve para el armando de dos tipos de ruedas:
1. Armado con cruce x3, rayos de 265 mm, llantas y mazas de 32 agujeros. Es el tipo más difundido para bicicletas de MTB.
2. Armado con cruce x4, rayos de 270 mm, llantas y mazas de 36 agujeros. Es una variante muy usada para playeras, bicis de paseo y MTB de línea económica.
Cruce x3, rayos de 265 mm, llantas y mazas de 32 agujeros
Esta medida de rayos es la correcta si la llanta tiene un perfil normal y la maza una pestaña de tamaño tradicional. Pero si, por ejemplo, la llanta es de perfil aerodinámico -o sea que es más alta- vamos a necesitar un rayo un poco más corto, probablemente de 260 mm. Otro tanto ocurre si la maza es para freno a disco y tiene una pestaña mucho más grande que lo normal. Y si llegado el caso se suman las dos opciones, habrá que usar un rayo más corto todavía, de 255 mm, aunque eso ocurre en muy raras ocasiones.
Para este armado en particular utilizaremos rayos de 265 mm con mazas Shimano Deore y llanta Mavic 221 de doble pared.
Tomamos la maza e introducimos los rayos de afuera hacia adentro en la pestaña superior, dejando un agujero vacío de por medio.
Pasamos a la llanta. Observamos que en la llanta la mitad de los agujeros apuntan hacia un lateral, la otra mitad hacia el contrario. Introducimos el primer ayo en el primer agujero ubicado a la izquierda de la válvula, que tiene que estar apuntando hacia arriba.
Esto se hace por dos motivos muy importantes:
-El primero es porque estamos trabajando con una de las pestañas, por lo que deberemos comunicar los ayos que parten de esa pestaña de la maza con los agujeros de la lllanta que corresponden a ese mismo ateral de la bici. Siempre los rayos que están en la pestaña derecha tienen que comunicarse con los agujeros de la llanta que están orientados hacia la derecha, y viceversa.
- Además, de esta forma se le da a la rueda el “cruce de válvula” correcto, que permitirá que el agujero de a válvula quede con libre acceso para el inflador.
El rayo siguiente va colocado en la llanta dejando tres agujeros vacíos. Notemos que este cuarto agujero, donde va colocado el rayo, también estará apuntando hacia arriba.
Enroscamos los niples sólo un par de vueltas (para que el rayo simplemente quede sujeto) y repetimos la operación, siempre dejando tres agujeros libres entre rayo y rayo, hasta completar la vuelta. Al llegar nuevamente a la válvula nos va a quedar justo:
un rayo - tres espacios vacíos - un rayo - tres espacios vacíos - etcétera.
Rotamos la maza hacia la izquierda, como se indica en la foto, y formamos el cruce. De esta forma dejamos libre el agujero de la válvula.
Si en lugar de rotar la maza hacia la izquierda lo hiciéramos hacia la derecha, bloqueríamos el acceso a la válvula.
Ahora introducimos un rayo desde abajo hacia arriba (de manera inversa a la primera tanda) en los agujeros de la maza vacíos.
Este rayo cruzará a tres hacia la izquierda. Al tercer rayo que se cruza se lo pasa por debajo (a los primeros dos por arriba) y se introduce en el agujero que está en el medio de los tres agujeros vacíos que habíamos dejado anteriormente. Este agujero de la
llanta es obviamente de los que están orientados hacia arriba. Un término que utilizo siempre para nombrar esta etapa es: “al tercero por debajo y al medio”. Repetimos la operación (en cualquier sentido) hasta colocar todos los rayos de ese lateral.
Como habrán notado, en esta primer fase se utilizan todos los agujeros de la pestaña de la maza con la que estamos trabajando. Es importante durante la operación controlar minuciosamente que cada rayo pase al tercer rayo por debajo.
La mitad de la rueda ya esta lista. Sólo queda controlar que la estrella de ocho puntas que se forma en el centro sea perfecta. Si la estrella no es perfecta es que hicimos algo mal. A esta altura tiene quedará un agujero vacío de por medio en los agujeros de la llanta (todos los que corresponden al otro lateral, que seguidamente armaremos.)
Ahora comenzamos a trabajar con el lado opuesto de la rueda. Invertimos la rueda, de modo que la pestaña con los rayos queda hacia abajo, y hacemos lo que yo denomino “calzar los niples”: Apoyamos un lateral de la llanta en la mesa de trabajo y el extremo opuesto en nuestra pierna, y presionamos la maza hacia abajo.
En esta instancia es muy importante tener en cuenta que un mínimo error hará que la rueda quede mal armada. También este punto es el que más variantes tiene. Lamentablemente, la mayoría de los sistemas para comenzar el otro lado de la rueda no son muy exactos y permiten que entren en juego la maña y el azar. Es por eso que definitivamente sé que este que voy a explicar es el mejor sistema, ya que no tiene ningún margen de error.
La operación consiste en trazar una línea recta (ayudándonos con un rayo) desde el centro de la maza hacia el agujero de la válvula. Siempre y cuando los niples estén todos bien calzados, esta recta que parte del agujero de la válvula de la llanta y va hacia el centro de la maza pasará justo entre dos agujeros. (Si, por ejemplo, quisiéramos que la recta pasase por el medio de los agujeros de la izquierda, la recta no pasaría por el centro de la maza, y si por el medio de los de la derecha, tampoco; el centro de la maza es único, y si trazamos bien la recta con el rayo nos va a quedar justo entre medio de esos dos agujeros que buscamos -y no importa si el agujero de la izquierda está un poco más cerca del rayo que el de la derecha; el centro de la maza y los dos agujeros son esos.)
Habiendo identificado esos dos agujeros en la pestaña de la maza, partimos desde el primer agujero a la izquierda de esa línea que trazamos y contamos tres agujeros vacíos hacia la izquierda y en el cuarto orificio introducimos un rayo de arriba hacia
abajo. Tendremos que abrir con la mano los rayos del lateral que ya está armado, justo en el cruce opuesto. De esta forma sólo con deslizarlo basta para poder colocarlo.
Este rayo va al primer agujero a la izquierda de la válvula. Para lograr introducirlo tendremos que torcerlo un poco (no lo perjudica en lo mas mínimo.)
Ya queda ahora formado el famoso “cruce de válvula”, con el que queda a la vista el fácil acceso para poder inflar la rueda posteriormente. El rayo siguiente lo colocaremos agujero por medio en la pestaña (hacia la izquierda) y agujero por medio en la llanta. En suma, un agujero libre en la maza y un agujero libre en la llanta, hasta completar la vuelta.
Este sistema de armado se utiliza en todos los cruces, con la única variante de que en el cruce x4, al tirar el centro se cuentan cuatro agujeros vacíos en lugar de tres, y por supuesto hay que cruzar a cuatro rayos -siempre el último por debajo- en lugar de
tres (esto vale también para la primera cara que armamos.)
También es fundamental saber que si los rayos internos quedan apuntando hacia lados opuestos, la rueda no sólo queda más rígida sino que también es más fácil de centrar.
Finalmente sólo nos queda llenar los agujeros vacíos, la parte más fácil del armado. Hay que introducir un rayo de abajo hacia arriba, contar los tres rayos a cruzar, pasar por debajo del tercero y dar justo el agujero libre en la llanta. Repetimos esta
operación hasta completar la vuelta.
Sólo quedaría controlar que los círculos que forman los cruces sean simétricos, que siempre el cruce sea por debajo, que los rayos internos apunten hacia lados opuestos y que el cruce de la válvula tenga un fácil acceso.
Repitiendo este trabajo varias veces, en muy poco tiempo se memoriza y pasa a ser automático y realmente fácil. Y hacerlo bien nos facilita el trabajo de centrado, un arte que requiere técnica y esa mano que sólo da la experiencia. Pero ese tema lo veremos en nuestra próxima entrega.
http://www.horizontesenbici.com.ar/tecnicas/informe-armado-de-llantas.pdf
domingo, 16 de junio de 2013
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Gracias miles! Use tu explicacion, directa y conciza. Un gran saludo!
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